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Hablando y sin palabras

Socializando y no a drede

Estaba recostada en la banca de siempre el domingo anterior cuando llegó Luca, el perrito de una chica sudamericana que siempre anda el cabello desarreglado; pero no es de ella ni del perro de los que quiero hablar.

Resulta que llegó éste señor, el cuidador del parque con un poco de preguntas de las cuales solo recibía un sí o no como respuesta, lo curioso es que no se alejaba y continuaba con su casi monólogo hablando y hablando sin parar, hasta puso su bolsita en la banca, ¡mi banca!, o sea; se puso cómodo.

Al final "Francisco" logró sacarme algunas risas, yo diría que estaba complacido con mis respuestas cortantes hacerca de la ligeresa con que veo ciertas situaciones, entre otras cosas me contó que tres mujeres han jugado con él, y (error) me dijo que lo sabía, entonces le dije que no había de qué quejarse, ellas jugaron con él porque simplemente dejó que lo hicieran.

Tambien se sorprendió cuando le dije que soy dueña de mis actos desde hace mucho tiempo y que ya mis padres no tienen qué hacer si cometo errores, ¿qué les toca? ya no pueden castigarme, y solo les queda cosechar lo que sembraron.

En fin.. terminamos platicando mas de una hora; y creo que el siguiente domingo habrá alguien que me espere.

1 comentario

parapo -

qué poca verguenza tiene ese francisco... y qué confianzas se toma, no? :P